Pasa el curso con estas técnicas de aprendizaje

¿Quieres obtener tu certificado de estudios con el mínimo esfuerzo posible? Mantenerse al día con las tareas escolares puede ser complicado sin utilizar técnicas de estudio.

Ya sea que estés en la preparatoria o seas un adulto regresando a la universidad, equilibrar los trabajos del curso con otras responsabilidades puede ser un desafío. Si te sientes al borde del agotamiento, ¡aquí te dejamos algunos consejos de estudio que científicamente están comprobados para ayudarte a tener éxito!

técnicas de estudio

Guía Definitiva de Consejos de Estudio para este año

En esta guía, exploramos técnicas de estudio respaldadas científicamente, provenientes de revistas científicas y de algunos de los mejores recursos del mundo como Harvard, Yale, MIT y Cornell.

¿Apresurado? Salta directamente a la sección que más te interese.

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Esta completa guía lo abarca todo, desde estudiar para los exámenes hasta las mejores aplicaciones de estudio. Así que, ¡empecemos!

Parte 1 – Cómo prepararse para el éxito

1. Establece un horario

«Oh, ya me pondré con ello» no es una estrategia de estudio válida. Más bien, tienes que planificar intencionadamente sesiones de estudio fijas.

Marca en tu calendario espacios de tiempo que puedas dedicar al estudio. Debes procurar programar un tiempo de estudio cada día, pero otros compromisos pueden requerir que algunas sesiones sean más largas que otras.

Las clases más difíciles requieren más tiempo de estudio. Lo mismo ocurre con las clases que valen varios créditos. Por cada hora de crédito que curses, considera la posibilidad de dedicar de una a tres horas a estudiar cada semana.

2. Estudia a tu ritmo

¿Digieres el contenido rápidamente o necesitas tiempo para asimilarlo? Sólo tú sabes qué ritmo es el mejor para ti.

No hay un ritmo de estudio correcto (o incorrecto). Así que no intentes igualar la velocidad de otra persona.

En lugar de eso, mediante ensayo y error, encuentra lo que funciona para ti. Sólo recuerda que estudiar más despacio requerirá que dediques más tiempo a tus tareas escolares.

3. Descansa un poco

El agotamiento no ayuda a nadie a rendir al máximo. Tu cuerpo necesita descansar; dormir lo suficiente es crucial para la función de la memoria.

Esta es una de las razones por las que es tan importante programar el tiempo de estudio: reduce la tentación de pasar toda la noche empollando para un examen importante. En lugar de eso, debes intentar dormir siete horas o más la noche anterior al examen.

Limita las siestas previas al estudio a 15 ó 20 minutos cada vez. Al despertar, haz algunos estiramientos o ejercicios ligeros para preparar el cuerpo y el cerebro para el trabajo.

4. Silencia el móvil

Las interrupciones de tu teléfono son conocidas por romper tu concentración. Si te alejas para consultar una notificación, tendrás que volver a centrar tu cerebro antes de sumergirte de nuevo en tus estudios.

Considera la posibilidad de apagar los sonidos del teléfono o poner el dispositivo en modo «No molestar» antes de empezar. También puedes descargarte aplicaciones para bloquear temporalmente tu acceso a las redes sociales.

Si sigues teniendo la tentación de consultar tu dispositivo, simplemente apágalo hasta que hayas terminado de estudiar.

5. Relájate

Las investigaciones demuestran que el estrés dificulta el aprendizaje y la retención de la información.

Algunas ideas para combatir el estrés son

  • Respirar profundamente
  • Escribir una lista de tareas que tienes que abordar
  • Hacer ejercicio ligero

Intentar despejarte antes de empezar a estudiar.

Parte 2 – Crea tu espacio de estudio perfecto

1. Elige un buen lugar para estudiar

Existe un delicado equilibrio cuando se trata del mejor lugar de estudio: Necesitas un lugar que sea cómodo sin ser tan relajante que acabes quedándote dormido. Para algunas personas, eso significa trabajar en un escritorio. Otras se encuentran mejor en el sofá o en la mesa de la cocina. Tu cama, en cambio, puede ser demasiado cómoda.

Rodearte de paz y tranquilidad te ayuda a concentrarte. Si tus hijos hacen mucho ruido o hay obras al otro lado de tu ventana, puede que tengas que trasladarte a un dormitorio en el piso de arriba, a una cafetería tranquila o a la biblioteca de tu barrio.

2. Elige bien tu música

Los auriculares con cancelación de ruido también pueden ayudar a limitar las distracciones.

Es mejor escuchar música tranquila que melodías a todo volumen. A algunas personas les va mejor la música instrumental de fondo.

Las canciones con letra pueden desviar tu atención de los libros de texto. Sin embargo, algunas personas pueden soportar escuchar canciones con letra, así que puedes experimentar y ver qué te funciona.

Recuerda que no hay ninguna presión para escuchar música. Si trabajas mejor en silencio, no dudes en apagar el reproductor de música.

3. Apaga Netflix

Si las letras de las canciones te distraen, ¡imagínate lo adictiva que puede ser la televisión! Para estudiar en serio hay que apagar la tele.

Lo mismo vale para escuchar a los pinchadiscos de la radio. Escuchar voces de fondo te distrae de tus estudios.

4. Utiliza sonidos de fondo

Apagar la televisión, la radio y tu canción pop favorita no significa que tengas que estudiar en total silencio. Los sonidos suaves de fondo son una gran alternativa.

Algunas personas disfrutan escuchando sonidos de la naturaleza, como las olas del mar o el crujido de un trueno. Otros prefieren el zumbido de un ventilador.

5. Merienda comida para el cerebro

Un estómago rugiente puede apartar tu mente de los estudios, así que no dudes en picar algo mientras trabajas. Ten los tentempiés al alcance de la mano, para que no tengas que dejar los libros para buscar comida.

Alimenta tu próxima sesión de estudio con algunos de los siguientes alimentos:

  • Carne magra
  • Frutos secos
  • Uvas o rodajas de manzana
  • Chocolate negro

Elige tentempiés que alimenten tu cerebro y te mantengan alerta. Evita los alimentos ricos en azúcar, grasa y carbohidratos procesados.

Parte 3 – Elige un método de estudio que te funcione

Leer sin pensar tus apuntes o libros de texto no es un método eficaz de estudio; no te ayuda a procesar la información. En su lugar, debes utilizar una estrategia de estudio probada que te ayude a pensar en el material y a retener la información.

Estrategia nº 1 – Método SQ3R

Con el método SQ3R de lectura, aprenderás a pensar críticamente sobre un texto.

Hay cinco pasos:

  • Examinar: Hojea el material asignado. Céntrate en los títulos, las palabras en negrita y los diagramas.
  • Pregunta: Hazte preguntas relacionadas con el tema.
  • Lee: Lee el texto con atención. A medida que avanzas, busca respuestas a tus preguntas.
  • Recita: Dite a ti mismo las respuestas a tus preguntas. Escribe notas sobre ellas, incluso.
  • Repasa: Repasa el material releyendo el texto y leyendo tus notas en voz alta.

Estrategia nº 2 – Método PQ4R

PQ4R es otra estrategia de estudio que puede ayudarte a digerir la información que lees.

Este método consta de seis pasos:

  • Previsualizar: Hojea el material. Lee los títulos, encabezamientos y otros textos resaltados.
  • Pregunta: Piensa en preguntas relacionadas con el material.
  • Lee: A medida que leas el material, intenta encontrar respuestas a tus preguntas.
  • Reflexiona: Piensa si tienes preguntas sin respuesta o nuevas preguntas.
  • Recita: Habla en voz alta sobre lo que acabas de leer.
  • Repasa: Repasa el material una vez más.

Estrategia 3 – Método THIEVES

El método THIEVES puede ayudarte a prepararte para leer información.

Hay siete pasos de prelectura:

  • Título: Lee el título.
  • Encabezamientos: Lee los encabezamientos.
  • Introducción: Hojea la introducción.
  • Cada primera frase de una sección: Fíjate en cómo empieza cada sección.
  • Imágenes y vocabulario: Observa las imágenes y las palabras en negrita.
  • Preguntas finales: Repasa las preguntas del final del capítulo.
  • Resumen: Lee el resumen del texto.

Hazte preguntas que te hagan reflexionar mientras realizas estos pasos. Después de completarlos, lee el texto.

Estudiar por Internet

Aunque estas tres estrategias de estudio pueden ser útiles en cualquier entorno, estudiar por Internet tiene sus propias dificultades.

El Dr. Tony Bates ha escrito una guía reflexiva y exhaustiva sobre el estudio en línea, A Student Guide to Studying Online. No sólo destaca la importancia de prestar atención al diseño de los cursos, sino que también ofrece consejos útiles sobre cómo elegir el mejor programa online y gestionar tu carga lectiva.

Parte 4 – Técnicas de aprendizaje eficaces

1. Resalta los conceptos clave

Buscar la información más importante mientras lees te ayuda a mantenerte atento al material. Esto puede evitar que tu mente divague mientras lees.

A medida que encuentres detalles importantes, márcalos con un rotulador fluorescente o subráyalos. También puede ser eficaz tomar notas en los bordes del texto. Escribe en notas adhesivas extraíbles si el libro no te pertenece.

Cuando te estés preparando para un examen, empieza tus estudios repasando las secciones que has subrayado y las notas que has anotado.

2. Resume los detalles importantes

Una buena forma de conseguir que la información se te quede grabada en el cerebro es volver a contarla con tus propias palabras. Escribir un resumen puede ser especialmente eficaz. Puedes organizar tus resúmenes en forma de párrafo o de esquema.

Ten en cuenta que no debes incluir toda la información en un resumen. Cíñete a los puntos clave.

Considera la posibilidad de utilizar distintos colores en tu documento. Las investigaciones demuestran que la información presentada en color es más fácil de recordar que la escrita en letra normal. Puedes utilizar bolígrafos de colores o repasar tus palabras con rotuladores fluorescentes.

Después de escribir sobre lo que has leído, refuerza de nuevo la información leyendo en voz alta lo que has escrito en tu papel.

3. Crea tus propias fichas

Para ponerte a prueba fácilmente, prepara fichas que contengan una palabra clave en una cara y datos o definiciones importantes sobre ese tema en el reverso.

Escribir las tarjetas te ayudará a aprender la información. Si te examinas con ellas, seguirás reforzándola.

Lo mejor de las tarjetas es que son fáciles de transportar. Mételas en el bolso para sacarlas siempre que tengas un minuto libre. Es una forma fantástica de dedicar tiempo extra a practicar fuera de tus sesiones de estudio habituales.

Como alternativa a las fichas de papel, también puedes utilizar un programa informático o una aplicación de smartphone para crear fichas digitales que puedas consultar una y otra vez.

4. Mejora el recuerdo con la asociación

A veces a tu cerebro le vendría bien una mano extra para ayudarte a retener la información que estás estudiando. Crear imágenes imaginarias, elaborar sopas de letras o hacer otros ejercicios mentales puede ayudarte a recordar mejor el material.

Intenta mejorar el recuerdo con las siguientes ideas:

  • Canta la información con una melodía pegadiza.
  • Piensa en una frase mnemotécnica en la que las palabras empiecen por las mismas letras que las palabras que necesitas recordar.
  • Haz un dibujo que te ayude a establecer una conexión humorística entre la nueva información y las cosas que ya sabes.
  • Imagina cómo sería experimentar tu tema en persona. Imagina las vistas, los sonidos, los olores, etc.
  • Piensa en rimas o trabalenguas que puedan ayudar a que la información se fije en tu cerebro.
  • Visualiza los detalles con un mapa mental tipo web que ilustre las relaciones entre conceptos.

5. Absorbe la información en trozos más pequeños

Piensa en cómo memorizas un número de teléfono: divides el número de 10 cifras en tres grupos más pequeños. Es más fácil conseguir que estos tres trozos se queden grabados en tu mente que recordarlo todo como una única cadena de información.

Puedes utilizar esta estrategia al estudiar, dividiendo una lista en partes más pequeñas. Trabaja para memorizar cada parte como su propio grupo.

6. Haz tu propia hoja de estudio

Condensar tus notas más importantes en una sola página es una forma excelente de tener la información prioritaria al alcance de la mano. Cuanto más repases esta hoja y la leas en voz alta, mejor conocerás el material.

Además, el hecho de teclear o escribir la información te ayudará a memorizar los detalles. Utilizar diferentes colores o estilos de letra puede ayudarte a imaginarte la información más adelante.

Al igual que las tarjetas, una hoja de estudio es portátil. Puedes sacarla del bolso siempre que tengas un minuto libre.

7. Sé el profesor

Para enseñar información a otros, primero tienes que entenderla tú. Por tanto, cuando intentes aprender algo nuevo, plantéate cómo se lo enseñarías a otra persona. Luchar con este concepto te ayudará a comprender mejor el tema.

De hecho, puedes incluso invitar a un amigo, a un familiar o a un miembro del grupo de estudio a que escuche tu minilección. Recitar tu presentación en voz alta a otra persona ayudará a que los detalles queden grabados en tu mente, y es posible que tu audiencia pueda señalarte lagunas en tus conocimientos.

8. Saber cuándo dar por terminado el día

Sí, realmente puedes tener demasiado de algo bueno. Aunque tus estudios son importantes, no deben ser lo único en tu vida. También es importante tener una vida social, hacer mucho ejercicio y ocuparte de tus responsabilidades no escolares.

Los estudios demuestran que pasar demasiado tiempo con la nariz metida en los libros puede elevar tu nivel de estrés, lo que puede tener un efecto negativo en tu rendimiento escolar y en tus relaciones personales.

Estudiar demasiado también puede impedir que hagas suficiente ejercicio. Esto podría reducir tu densidad ósea o aumentar tu porcentaje de grasa corporal.

Parte 5 – Cómo estudiar de forma más eficaz

1. Tómate descansos regulares

Las sesiones de estudio serán más productivas si te permites hacer pausas planificadas. Considera un horario de 50 minutos de trabajo seguidos de una pausa de 10 minutos.

El tiempo de descanso es una buena oportunidad para levantarte y estirar las piernas. También puedes aprovecharlo para mirar el teléfono o responder al correo electrónico. Sin embargo, cuando se acaben tus 10 minutos, es hora de volver al trabajo.

Al final de una larga sesión de estudio, intenta permitirte un descanso más largo -media hora, quizás- antes de pasar a otras responsabilidades.

2. Toma notas en clase

Lo más probable es que las cosas de las que habla tu profesor en clase sean temas que considera muy importantes para tus estudios. Por eso, es una buena idea que te conviertas en un minucioso tomador de apuntes.

Los siguientes consejos pueden ayudarte a ser un tomador de apuntes eficiente y eficaz:

  • Cíñete a los puntos principales.
  • Utiliza la taquigrafía siempre que sea posible.
  • Si no tienes tiempo de escribir todos los detalles, apunta una palabra clave o un nombre. Después de clase, puedes utilizar el libro de texto para profundizar en estos puntos.
  • Para ser coherente, utiliza el mismo sistema de organización cada vez que tomes apuntes.
  • Considera la posibilidad de escribir tus apuntes a mano, ya que puede ayudarte a recordar mejor la información. Sin embargo, mecanografiarlas puede ayudarte a ser más rápido u organizado.

Anotar los puntos importantes es eficaz porque te obliga a prestar atención a lo que se dice durante una clase.

3. Primero el ejercicio

¿Te creerías que el ejercicio tiene el potencial de hacer crecer tu cerebro? Los científicos lo han demostrado

De hecho, el ejercicio es más eficaz para generar nuevas células cerebrales cuando va inmediatamente seguido del aprendizaje de nueva información.

Hacer ejercicio antes de estudiar también tiene beneficios a corto plazo. La actividad física te ayuda a despertarte para que te sientas alerta y preparado cuando te sientes con tus libros.

4. Repasa y revisa tus apuntes en casa

Si tus apuntes están incompletos -por ejemplo, escribiste fechas sin información adicional- tómate un tiempo después de clase para completar los detalles que faltan. También puedes intercambiar apuntes con un compañero de clase para que puedas captar las cosas que te perdiste durante la clase.

  • Reescribe tus apuntes si necesitas limpiarlos
  • La reescritura te ayudará a retener la información
  • Añade diagramas o imágenes útiles
  • Vuelve a leerlos en el plazo de un día

Si ves que hay conceptos en tus apuntes que no entiendes, pide ayuda a tu profesor. Quizá puedas concertar una reunión o comunicarte por correo electrónico.

Después de reescribir tus apuntes, dales un buen uso leyéndolos de nuevo en las próximas 24 horas. Puedes utilizarlos como referencia cuando crees hojas de estudio o fichas.

5. Empieza por las tareas más difíciles

Reconozcámoslo: Hay asignaturas que te gustan más que otras. Si quieres hacer las cosas de forma inteligente, deja las tareas menos difíciles para el final de tus estudios. Haz primero las cosas más difíciles.

Si dejas las tareas más difíciles para el final, las tendrás rondando tu cabeza durante toda la sesión de estudio. Eso puede costarte una energía mental innecesaria.

Además, si terminas con tus tareas favoritas, te dará una sensación más positiva sobre tus actividades académicas. Será más probable que afrontes tu próxima sesión de estudio con una buena actitud.

6. Concéntrate en el vocabulario clave

Para comprender realmente una asignatura, tienes que conocer las palabras relacionadas con ella. Las palabras del vocabulario suelen estar escritas en negrita en los libros de texto. Mientras escaneas el texto, anota estas palabras en una lista.

Búscalas en un diccionario o en el glosario al final del libro. Para ayudarte a familiarizarte con los términos, puedes hacer una hoja de estudio con las definiciones o hacer fichas.

7. Únete a un grupo de estudio

Estudiar no tiene por qué ser siempre una actividad individual.

Las ventajas de un grupo de estudio incluyen

  • Explicarse mutuamente el material
  • Poder hacer preguntas sobre cosas que no entiendes
  • Preguntaros unos a otros o jugar a juegos de repaso
  • Aprender el material más rápido de lo que lo harías solo
  • Desarrollar habilidades interpersonales que te serán útiles en tu carrera, como el trabajo en equipo y la resolución de problemas
  • Divertirte mientras estudias

Reúne a unos cuantos compañeros para formar un grupo de estudio.

Parte 6 – Cómo estudiar para los exámenes

1. Estudia para comprender, no sólo para el examen

Estudiar la noche antes de un gran examen suele implicar intentar memorizar información el tiempo suficiente para poder regurgitarla a la mañana siguiente. Aunque eso puede ayudarte a obtener una nota decente en el examen, no te ayudará a aprender realmente el material.

Al cabo de uno o dos días, habrás olvidado la mayor parte de lo que estudiaste. Habrás perdido el objetivo de tus clases: el dominio de la materia.

En lugar de eso, comprométete con el aprendizaje a largo plazo estudiando durante todo el semestre.

2. Empieza a estudiar al menos con una semana de antelación

Por supuesto, puede que necesites dedicar tiempo extra antes de un examen importante, pero no deberías posponerlo hasta la noche anterior.

En lugar de eso, durante la semana anterior al examen, dedica un tiempo diario a la preparación del examen. Estudiar con regularidad te ayudará a aprender realmente el material.

3. Dedica al menos una hora al día a estudiar

Una semana antes de un examen importante, estudia una hora por noche. Si tienes dos exámenes importantes próximamente, aumenta tu tiempo de estudio diario y divídelo entre las dos asignaturas.

El día antes del examen, dedica todo el tiempo que puedas a estudiar, incluso todo el día.

4. Vuelve a escribir los apuntes de clase

Después de cada clase, deberías haber completado tus apuntes y reescribirlos en un formato ordenado y organizado. Ahora, es el momento de tomar tus apuntes rehechos y escribirlos una vez más.

Esta vez, sin embargo, tu objetivo es condensarlos sólo en el material más importante. Lo ideal es que tus apuntes reescritos quepan en una o dos hojas de papel.

Estas hojas deben ser tu principal recurso de estudio durante la preparación del examen.

5. Crea un esquema de estudio

A principios de semana, haz un esquema largo que incluya muchos de los detalles de tus apuntes. Vuelve a escribirlo unos días después, pero reduciendo el material a la mitad.

Poco antes del examen, escríbelo una vez más; incluye sólo la información más importante. Examínate sobre los detalles que faltan.

6. Haz tus propias fichas

Otra forma de ponerte a prueba es hacer fichas que puedas utilizar para practicar exámenes escritos.

Primero, lee el término en el anverso. Anímate a escribir la definición o los detalles de ese término. Compara tu respuesta escrita con la que aparece en el reverso de la tarjeta.

Esto puede ser muy útil cuando te preparas para un examen de ingreso como el GRE, aunque cada vez hay más escuelas que no exigen puntuaciones en el GRE para la admisión.

7. Haz problemas y ensayos de ejemplo de tu libro de texto

Hay otras cosas que puedes hacer para practicar la realización de exámenes. Por ejemplo, abre tu libro y resuelve problemas como los que esperas ver en el examen.

Escribe también las respuestas a las preguntas de redacción. Puede que en tu libro de texto haya temas de ensayo sugeridos.

Parte 7 – Técnicas para mejorar la memoria

1. Estudia justo antes de acostarte

Aunque no deberías pasar la noche en vela, estudiar justo antes de acostarte puede ser una gran idea.

Dormir ayuda a consolidar la información en tu cerebro. Los estudios demuestran que es más probable que recuerdes la información 24 horas después si te acostaste poco después de aprenderla.

Justo antes de acostarte, lee tu hoja de estudio, examínate con tarjetas o recita listas de información.

2. Estudia trozos pequeños cada vez

Si quieres recordar la información a largo plazo, no intentes aprenderlo todo de una sola vez.

En su lugar, utiliza un método llamado repetición espaciada:

  • Divide la información en partes
  • Aprende una nueva parte cada vez en el transcurso de días o semanas
  • Repasa tus adquisiciones anteriores cada vez que estudies

El cerebro almacena la información que considera importante. Por eso, cuando repasas regularmente un tema a intervalos fijos a lo largo del tiempo, se refuerza tu memoria sobre él.

3. Cuenta una historia

A veces, basta con hacer que la información sea una tontería para que se fije en tu cerebro.

Para recordar una lista de elementos o el orden concreto de los acontecimientos, inventa una historia humorística que relacione esas cosas o palabras. No tiene por qué tener sentido, sólo tiene que ser memorable.

4. Cambia a menudo de lugar de estudio

Estudiar la misma información en varios lugares ayuda a que los detalles se fijen mejor en tu mente.

Considera algunos de los siguientes lugares:

  • Tu escritorio en casa
  • Una cafetería
  • La biblioteca
  • El jardín de tu casa
  • Un parque

Lo mejor es alternar entre varios lugares de estudio diferentes en lugar de darle siempre a los libros en el mismo sitio.

5. Cambia de tema con regularidad

Mantener el cerebro entrenado en la misma información durante largos periodos de tiempo no es beneficioso. Es más inteligente saltar de un tema a otro unas cuantas veces durante una larga sesión de estudio.

En esa misma línea, deberías estudiar el mismo material de múltiples maneras. Las investigaciones demuestran que utilizar métodos de estudio variados para un mismo tema te ayuda a rendir mejor en los exámenes.

6. Ponte a prueba

Ponte a prueba para ver qué puedes recordar. Ponerte a prueba es como practicar para el examen, y es uno de los métodos más eficaces para retener la memoria.

Si al principio te cuesta recordar la información, no te preocupes; la lucha hace más probable que la recuerdes al final.

7. Hazlo a la antigua: Usa papel y boli

El acto de escribir las respuestas te ayuda a recordar la información. He aquí algunas formas de utilizar la escritura mientras estudias:

  • Vuelve a copiar tus apuntes
  • Escribe las respuestas de las fichas
  • Haz una hoja de estudio
  • Practica escribiendo las respuestas de los ensayos

Escribir a mano es lo mejor porque requiere tu atención y concentración.

8. Verlo y oírlo

Di la información en voz alta y será más probable que la recuerdes. Estás involucrando a tus ojos al leer las palabras, a tu boca al decirlas y a tus oídos al escucharte.

Los científicos llaman efecto de producción al beneficio de hablar la información en voz alta.

Parte 8 – Los 10 mejores trucos de estudio respaldados por la ciencia

1. Tómate un café

Tomar café (o la bebida de alto octanaje que prefieras) mientras estudias puede ayudarte a mantenerte alerta para no quedarte dormido a mitad de la sesión. Incluso hay pruebas de que la cafeína puede mejorar tu memoria.

Sin embargo, evita las bebidas azucaradas. Podrían hacer que tu nivel de energía se desplomara al cabo de unas horas.

2. Recompénsate

Los estudios demuestran que darte una recompensa por hacer tu trabajo te ayuda a disfrutar más del esfuerzo.

Hazlo de inmediato; no esperes a terminar el examen para celebrarlo. Por ejemplo, después de terminar una sesión de estudio de tres horas, regálate un helado o un baño relajante.

3. Estudia con otros

Trabajar con un grupo de estudio te obliga a rendir cuentas, por lo que es más difícil dejar el trabajo para más tarde.

Cuando estudiáis juntos, podéis llenar las lagunas de comprensión de los demás, y podéis haceros preguntas sobre el material.

Además, ¡estudiar en grupo puede ser divertido!

4. Medita

Puede que te resulte difícil imaginar añadir algo más a tu apretada agenda, pero dedicar tiempo a las prácticas de atención plena puede merecer la pena.

Los estudios demuestran que las personas que meditan pueden rendir mejor en los exámenes y, en general, están más atentas.

Las aplicaciones de atención plena pueden ayudarte a iniciarte en esta práctica.

5. Ve al gimnasio

Para aumentar el flujo sanguíneo a tu cerebro, haz media hora de ejercicio cardiovascular antes de sentarte a estudiar.

El ejercicio aeróbico proporciona a tu cerebro una gran dosis de oxígeno y otros nutrientes importantes, que pueden ayudarte a pensar con claridad, recordar hechos y hacer tu mejor trabajo.

6. Pon algo de música

Escuchar música puede ayudarte a concentrarte. Los estudios demuestran que la mejor música para estudiar es cualquiera que tenga un ritmo cadencioso.

Es inteligente elegir un estilo que te guste. Si te gusta la música clásica, está bien, pero también puedes optar por la electrónica o los solos de piano modernos.

7. Toma algunas nueces

Una dieta rica en ácidos grasos omega-3 ayuda a tu cerebro a trabajar mejor.

Algunas buenas fuentes son

  • Pescado: aceite de hígado de bacalao, salmón y caballa
  • Semillas de lino
  • Nueces
  • Verduras: espinacas y coles de Bruselas

Para calmar el nerviosismo previo al examen, come una mezcla de alimentos omega-3 y omega-6.

8. Tómate descansos regulares

Tu cerebro necesita tiempo de descanso. No intentes esforzarte durante horas y horas. Cada hora, tómate un descanso de varios minutos.

Las pausas son buenas para tu salud mental. También mejoran tu capacidad de atención, tu creatividad y tu productividad.

Durante una pausa, es mejor moverse y hacer un poco de ejercicio.

9. Duerme un poco

Aunque estudiar es importante, no puede ir en detrimento de tu descanso. Dormir da a tu cerebro la oportunidad de procesar la información que has aprendido ese día.

Si no duermes lo suficiente, te costará concentrarte y recordar la información.

Incluso durante las ajetreadas semanas de exámenes, intenta dormir entre siete y nueve horas cada noche.

10. Elimina las distracciones

Es difícil estudiar mucho cuando estás ocupado haciendo scroll en Instagram. Aparta el teléfono y el ordenador mientras estudias, o al menos bloquea las aplicaciones de las redes sociales.

Apaga también la televisión mientras trabajas.

Si estudias en una zona ruidosa, ponte unos auriculares que te ayuden a bloquear los sonidos que te distraen.

Parte 9 – Las mejores aplicaciones de estudio

1. iStudiez Pro Legend

Programar el tiempo de estudio es imprescindible, y iStudiez Pro Legend te permite poner sesiones de estudio, clases y tareas en tu calendario. Colorear las entradas puede ayudarte a mantenerte organizado.

Para cada clase, puedes introducir las horas de reunión y las tareas, y puedes llevar un registro de tus calificaciones.

2. Evernote

Cuando estás en la escuela, tienes que hacer malabarismos con muchas responsabilidades, pero Evernote puede ayudarte a organizarlas.

Puedes añadir notas y documentos para almacenarlos en un solo lugar digital, y etiquetarlos te ayudará a sacar rápidamente todos los archivos de una clase o un tema.

Esta completa guía lo cubre todo, desde estudiar para los exámenes hasta las mejores aplicaciones de estudio. Así que, ¡empecemos!

3. Dragon Anywhere

En lugar de escribir notas en los márgenes de tus libros de texto, puedes utilizar la función de dictado de voz de Dragon Anywhere para grabar tus pensamientos y reflexiones.

Sólo tienes que asegurarte de reescribir tus notas dictadas de tu puño y letra más tarde, ¡para aprender al máximo!

4. Quizlet Go

Crea fichas digitales que puedas practicar en tu dispositivo móvil con Quizlet Go.

Esto significa que puedes sacar tu teléfono para una rápida sesión de estudio siempre que tengas un par de minutos libres. Ni siquiera necesitas acceso a Internet para practicar estas fichas.

5. My Study Life

Introduce tus próximos exámenes y tareas en My study life, y la aplicación te enviará mensajes recordatorios.

La aplicación tiene un calendario para que puedas controlar tu horario de clases. Incluso puede notificarte cuándo es hora de ir a clase.

6. Exam countdown Lite

Deberías empezar a estudiar para los exámenes al menos con una semana de antelación. Introduce las fechas de tus exámenes y tareas en Cuenta atrás para exámenes Lite para tener un recordatorio visual de cuándo debes empezar a prepararte para los exámenes.

La aplicación también puede enviarte notificaciones.

7. Flashcards

Con Flashcards de Chegg, puedes crear tus propias tarjetas digitales o utilizar las diseñadas por otros.

Como puedes añadir imágenes a tus tarjetas, puedes preguntarte los nombres de obras de arte famosas, artefactos históricos importantes o partes de un diagrama científico.

8. XMind

Organiza la información en categorías creando un mapa mental visual en XMind. Esto puede ayudarte a clasificar hechos y cifras para que veas cómo se relacionan entre sí.

Esta representación visual también puede ayudarte a recordar la información más tarde.

9. ScannerPro

¿Tienes montones de notas escritas a mano por todas partes? Una vez que las hayas escrito, considera la posibilidad de escanearlas en formato digital. ScannerPro te permite utilizar tu teléfono como escáner.

Puedes guardar tus archivos escaneados en esta aplicación o transferirlos a Evernote u otro sistema de organización.

Parte 10 – Hojas de ejercicios de técnicas de estudio

¿Necesitas más ayuda para desarrollar tus técnicas de estudio? La Universidad de Rutgers tiene docenas de hojas de ejercicios de técnicas de técnicas de estudio en línea.

Estos documentos están repletos de consejos que pueden ayudarte a ser mejor estudiante. Las listas de control y los gráficos pueden ayudarte a evaluar tus puntos fuertes actuales y a organizar tu trabajo.

Parte 11 – Conclusiones clave

Eres una persona ocupada, así que tienes que aprovechar al máximo cada sesión de estudio.

A estas alturas, ya deberías comprender los aspectos básicos de un estudio eficaz:

  • Programar el tiempo de estudio
  • Estudia con regularidad
  • Minimiza las distracciones
  • Lee para obtener información
  • Escribe lo importante
  • Utiliza trucos de memoria creativos
  • Ponte a prueba
  • Sé bueno con tu cuerpo y tu cerebro

Preguntas Frecuentes

¿Qué son las técnicas de estudio?

Las técnicas de estudio son un conjunto de herramientas y estrategias que los estudiantes utilizan para adquirir, entender, retener y recuperar la información de forma eficaz. Estas técnicas facilitan el proceso de aprendizaje y permiten a los estudiantes mejorar su rendimiento académico y optimizar su tiempo de estudio.

¿Cuáles son las características de técnicas de estudio?

Algunas de las características generales de las técnicas de estudio son:
Específicas: Están diseñadas para abordar necesidades concretas del estudiante. Por ejemplo, las tarjetas didácticas pueden ser útiles para memorizar términos, mientras que los mapas conceptuales pueden ser buenos para entender relaciones entre ideas.
Eficientes: Permiten al estudiante aprovechar mejor su tiempo de estudio, maximizando la retención y comprensión del material.
Flexibles: Pueden adaptarse según el tipo de contenido, el estilo de aprendizaje del estudiante y las condiciones de estudio. Por ejemplo, la técnica de estudio activo puede aplicarse tanto a la lectura de un libro como a la revisión de apuntes.
Motivadoras: Ayudan a mantener y aumentar el interés del estudiante en el material, lo que puede mejorar la retención y comprensión.
Organizadas: Las técnicas de estudio suelen promover la organización del contenido, ya sea dividiendo la información en partes manejables, agrupándola por temas o estructurándola de una manera lógica.
Revisión periódica: Muchas técnicas promueven la revisión regular del material para reforzar el aprendizaje. Ejemplo de esto es la técnica del repaso espaciado.
Enfoque activo: Impulsan al estudiante a interactuar activamente con el material, ya sea mediante la resolución de problemas, discusión, enseñanza a otros, etc.
Personalizables: Las técnicas pueden y deben ser adaptadas según las necesidades y preferencias individuales de cada estudiante. Lo que funciona para uno puede no ser igual de efectivo para otro.

¿Cuáles son los tipos de técnicas de estudio?

Dentro de las técnicas de estudio, se pueden encontrar diferentes tipos, entre las cuales destacan:
Resumen: Consiste en sintetizar y condensar la información, destacando los puntos más importantes. Ayuda a comprender y retener el contenido de un texto o de una clase.
Subrayado: Resalta las ideas principales y secundarias de un texto. Es útil para identificar rápidamente la información más relevante.
Esquemas: Representan de manera gráfica y estructurada la organización de un tema o contenido. Son útiles para visualizar las relaciones entre las ideas.
Mapas conceptuales: Son diagramas que muestran la relación entre diferentes conceptos, facilitando la comprensión de un tema y sus conexiones.
Tarjetas de estudio o flashcards: Son tarjetas con preguntas o conceptos en un lado y respuestas o definiciones en el otro. Son muy útiles para memorización.
Técnica de Feynman: Se basa en intentar explicar un concepto en términos simples, como si se lo estuvieras enseñando a alguien más. Si no puedes explicarlo de manera sencilla, es probable que no lo hayas entendido completamente.
Repaso espaciado: Consiste en revisar la información varias veces con intervalos de tiempo cada vez más largos. Esto mejora la retención a largo plazo.
Estudio en grupos: Permite discutir y clarificar dudas, compartir diferentes puntos de vista y aprender de los demás.
Autoevaluaciones: Realizar pruebas o cuestionarios sobre el material aprendido ayuda a reforzar la memoria y a identificar áreas que necesitan mayor revisión.
Mnemotecnia: Son técnicas para facilitar la memorización mediante asociaciones curiosas, rimas, acrónimos o historias.
Lectura activa: Implica no solo leer, sino también reflexionar, cuestionar y tomar notas sobre el contenido.
Estas técnicas no son excluyentes y pueden combinarse entre sí según las necesidades y preferencias del estudiante. Es importante que cada persona descubra cuáles son las técnicas que mejor se adaptan a su estilo de aprendizaje y al tipo de material que está estudiando.

¿Para qué sirven las técnicas de estudio?

Las técnicas de estudio son de utilidad para facilitar y optimizar el proceso de aprendizaje. A continuación, se detallan algunas de las razones y propósitos principales de las técnicas de estudio:
Mejorar la comprensión: Las técnicas de estudio ayudan a los estudiantes a entender y asimilar la información de una manera más profunda, permitiendo no solo memorizar, sino también comprender y relacionar conceptos.
Optimizar la memoria: Algunas técnicas están diseñadas para facilitar la retención de la información a corto, medio y largo plazo.
Organizar la información: Ayudan a estructurar y categorizar la información, lo que facilita su revisión y comprensión.
Incrementar la concentración: Las técnicas de estudio pueden ayudar a mantener el enfoque y reducir las distracciones, lo que es esencial para un aprendizaje efectivo.
Promover la autonomía: Al dominar diferentes técnicas, los estudiantes pueden adaptarse y escoger las estrategias que mejor se ajusten a sus necesidades, favoreciendo un aprendizaje autónomo y responsable.
Reducir el agotamiento: Estudiar de manera eficiente puede reducir el tiempo necesario para preparar un examen o comprender un tema, previniendo el agotamiento o la sensación de estar sobrepasado.
Fomentar la motivación: Al ver resultados positivos derivados de un estudio efectivo, los estudiantes pueden sentirse más motivados para continuar aprendiendo y enfrentar nuevos desafíos académicos.
Adaptabilidad: Las técnicas permiten a los estudiantes enfrentar diferentes tipos de contenidos o exámenes, adaptando sus métodos de estudio según la situación.
Mejorar el rendimiento académico: Al aplicar técnicas adecuadas, los estudiantes pueden mejorar sus calificaciones y rendimiento general en los estudios.
Fomentar la reflexión y el pensamiento crítico: Algunas técnicas promueven la reflexión sobre el contenido y el desarrollo del pensamiento crítico, habilidades esenciales para el aprendizaje y la vida en general.